Por Diana Alvarado
Es la calle Centenario, mejor conocida como el paso del Águila por su monumento ubicado sobre la calle Héroe del Cañonero, obelisco histórico construido al cumplir los 100 años de fundación de Tampico.
Ahí, se ha convertido en un paso peatonal de «la edad de oro».
Todos días desde el mediodía hasta la llegada del crepúsculo, llegan hombres y mujeres que han dejado un legado en la historia de Tampico, son adultos mayores que pasan la tarde leyendo, conversando unos con otros de cómo ha avanzado y desarrollado la ciudad.
En este sitio en donde la sombra de palmeras que enmarcan este estrecho paso se ha convertido en un lugar de esparcimiento y reunión de abuelitos y abuelitas, comparten golosinas, palomitas, hasta frutas o trolelotes, pero sobre todo una larga amistad formada y cimentada por décadas.
Es costumbre observar cada tarde como las personas de edad avanzada, ríen y hablan de la política, del movimiento de los precios de la canasta básica, leen el periódico pero además, los viernes y sábado cuando llegan músicos a tocar, se ponen hasta bailar, se divierten.
Para su comodidad, el gobierno instaló unas bancas, pues anteriormente su lugar eran las mismas jardineras.
«Aquí venimos para distraernos y pasar la tarde, nos hemos hecho amigos, la mayoría somos jubilados o pensionados y ya no trabajamos, no queremos estar nuestros últimos años en casa sin hacer nada, olvidados. Aquí nos sentimos vivos», nos platicó Don José González, de 70 años y diariamente llega al paso peatonal para sentirse vivo, agregó.
A don José lo acompañan por lo menos una treintena de abuelitos en esta parte baja de la zona centro de Tampico que se une con la Plaza Hijas de Tampico.
En este espacio, antes de convertirse en peatonal, transitaban carros de ruta hacia las colonias Morelos y Cascajal; sin embargo, fue el Gobierno del Estado en el año 2018 y 2019, se rehabilita como parte de obras complementarias del mercado municipal de Tampico para dedicarlo a nuestros abuelitos.
Cabe recordar que la Columna del Centenario fue inaugurada dentro de las Celebraciones del Centenario de Tampico en 1923, por el Gobernador de Tamaulipas Gral. César López de Lara y el Alcalde de Tampico Juan L. López. Es una columna Toscana de granito coronada con el Águila del Escudo Nacional de la Primera República.
Monumento emblemático más importante que subsiste de las celebraciones de hace 100 años y dice en su parte frontal «Homenaje a los Fundadores de Santa Anna de Tampico».