David Ed Castellanos Terán
@dect1608
Nada más para que se den un quemón. El estado altivo y heroico del noreste de México, sí, ese que dormita a la margen del río; el mismísimo que fue cuna de nobles varones, por supuesto, me refiero a Tamaulipas, tiene más del 63 por ciento de la capacidad energética prospectiva de México en la presencia de petróleo, de gas y de la generación de energías limpias a través de la fotovoltaica y la aerogeneración.
No, ese dato no me lo inventé, claro que no, esa información salió de boca del primer mandatario estatal, Américo Villarreal Anaya, y dejando de lado todo protagonismo o recelo político, subrayó lo que el viento ya había dicho antes: “Tamaulipas, es el estado energético por excelencia”, y no en vano, la Organización de las Naciones Unidas, entregó recientemente el reconocimiento del mundo entero al cumplir los Objetivos para el Desarrollo Sostenible plasmados en la agenda 2030 de la ONU.
Lo anterior hizo que Tamaulipas se convirtiera en la primera entidad a nivel nacional e internacional en contar con la Acreditación del Programa Sectorial de Energía 2023-2028 y cumplir los 17 Objetivos para el Desarrollo Sostenible (ODS), de la agenda 2030, de la ONU, un reconocimiento recibido por el gobernador Américo Villarreal Anaya durante la firma del Convenio Marco de Colaboración entre la Secretaría de Desarrollo Energético del Gobierno del Estado y la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA).
Por supuesto que el aplaudo, el foco, la fotografía, flasheo y demás serpentinas y confetis son para Villarreal Anaya, sin embargo, después de que Tamaulipas se convirtió en la primera entidad a nivel nacional e internacional en contar con la Acreditación del Programa Sectorial de Energía 2023-2028 y cumplir los 17 Objetivos para el Desarrollo Sostenible (ODS) de la agenda 2030, de la ONU, el pequeño gran gigante José Ramón Silva Arizabalo, secretario de Desarrollo Energético, se catapulta por encima de cualquier integrante gabinete estatal.
La acreditación del Programa Sectorial de Energía bajo estándares internacionales reconocidos, particularmente el United Nations Framework Classification (UNFC) y el United Nations Resources Management System (UNRMS), es resultado de una suma de esfuerzos para impulsar la sostenibilidad y el desarrollo energético responsable en Tamaulipas.
Dicha acreditación representa una serie de beneficios tanto a nivel local como internacional, fortaleciendo la posición del estado en el panorama energético global, pero además, favorecerá el diálogo nacional e internacional con diversos grupos de interés vinculados directa e indirectamente al desarrollo de proyectos, atraerá la cooperación internacional incluyendo la posibilidad de obtener apoyos de embajadas y organismos internacionales, además de dar certidumbre al a los inversionistas y al sector financiero que considera los Objetivos de Desarrollo Sostenible cómo parte de la evaluación integral de un proyecto con indicadores de impacto.
No hay dudas, ese Silva Arizabalo sí que está más que alineado al humanismo que marca la transformación en Tamaulipas, porque el haber obtenido la acreditación, también permitirá considerar las expectativas de las comunidades locales e indígenas para evaluar y evaluar proyectos respecto a objetivos ambientales, sociales y económicos.
En la intimidad… Otro que se ha hecho más humanista es Adrián Oseguera Kernion que esta semana se bajó aún más y se dio el tiempo de convivir con los maderenses a quienes compartió la importancia de seguir impulsando el desarrollo y el progreso de Ciudad Madero.
No se abre de capa, pero, sí, Adrián ¡VA!, y por eso reiteró en una caminata traviesa su compromiso de continuar trabajando unidos y juntos para seguir construyendo la esperanza.
¡Que Viva Madero! –así dice, AOK, no como el loco de GAL-
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