Todo marchaba de manera normal en las instalaciones de la Presidencia Municipal de Tampico; ciudadanos entraban y salían al recinto oficial para realizar sus diversas gestiones.
La Presidencia Municipal funciona para servicio de la población de lunes a viernes a partir de las 8 de la mañana hasta las 3 de la tarde, por lo tanto había un gran número de personas en este sitio ubicado sobre la calle Cristóbal Colón entre Emilio Carranza y Salvador Díaz Mirón de la zona centro de Tampico, justo frente a la Plaza de Armas.
Transcurría el día caluroso como se vive normalmente en el municipio de Tampico, durante el verano, cuando de pronto, al mediodía, comenzaron a salir deprisa trabajadores municipales, pero de las oficinas ubicadas en la parte trasera de la alcaldía, era una extensión de la Contraloría.
Los elementos de bomberos, del cuartel que se ubica ahí mismo en el recinto, de inmediato comenzaron a sofocar el fuego que se originó al interior de dicha área provocado por el corto circuito de una cafetera conectada.
Ahí, había dos personas que de igual forma alcanzaron a salir del lugar.La gente alrededor, asustada no entendía lo ocurrido, por fortuna, los apagafuegos alcanzaron a apagar las llamaradas. Todo en la oficina quedó vuelta arriba, documentos convertidos en cenizas, escritorios y sillas ahumadas a excepción de la cafetera.
La cafetera no sufrió muchos daños, estaba algo quemada por no se consumió por completo, mientras que por un lado, la pared que era color blanca estaba intacta, una mancha negra se destacaba del incidente. Pasadas las 14:00 horas, cuando había quedado esa parte baja de la presidencia municipal vacía, unos empleados ingresaron de nuevo y comenzaron a observar detenidamente por las ventanas que se habían quedado sin cristales, capturaban fotografías con su teléfono móvil.
Una sombra oscura en la pared, aparentemente humedad pero a su vez, formó una figura macabra… Algunos lo llamaron un espectro, otros simplemente pensaron que el hecho había sido provocado puesto que otros vieron como una imagen de «la niña oscura» o «santísima» estaba ahí, en medio como observando las consecuencias de sus actos. Alguien dijo, “si es la «santísima, está ahí, se ve claramente y ella provocó el incendio», los dos empleados de esta área regresaron a la oficina y pidieron a los compañeros que se encontraban asombrados por lo que veían, que todo era una confusión y se retirarán del lugar.
Entraron al despacho y pegaron cartón y papel en las ventanas para que nadie más se percatará de lo que ahí, había aparecido, algo tan irreal, una imagen espectral.
Días después, limpiaron el espacio del incidente y clausuraron el área que hasta el momento continuó de esta manera, cuando sucedió ese conato de incendio, así le llamaron autoridades de Protección Civil de aquella administración y jamás se volvió abrir, no funciona ni para bodega.
«Aquí hay sucesos extraños, ruidos, voces movimiento de mobiliario sin explicación alguna», empleados señalan